lunes, 11 de mayo de 2009

La curvatura de tu espalda


LA CURVATURA DE TU ESPALDA...


Simple, sencilla, convexa,
como ola de mar embravecida
y con tinturas de espumosa rebeldía,
incontrolable, furiosa, onomatopeya
de las expresiones mas impetuosas
creadora de leyendas ancestrales
de una propia mitología.

Cordillera, saliente,
geografia de accidentes de agua
y de veredas luminiscentes,
linea suave y alabastrina,
cuna de amaneceres
y cobijo de purpúreos atardeceres.

Acechante, cazadora,
respiración entrecortada
cuando la presa se avizora,
la sangre escribe gruñidos complacientes
cuando el festin de la carne blanca
entra en el extasis de su deleite sin precedentes.

Esa forma suave de tu espalda
que parte desde la planicie de tus hombros
y tu nuca detonante,
aquella en la cual se erizan los pastizales
al percibir el viento de mi aliento
soplando como un monzón
de intenciones palpitantes.

Nieve compacta
que espera mis pasos para derramarse
en avalancha liquida sobre mi rostro,
linea perfecta,
trazo de obra maestra
que es guia y destino
hacia los secretos de tu madreselva.

Curvatura que se esgrime
como hambre y exigencia,
y que se convulsiona
si mi fuerza le alimenta
con las embestidas impetuosas
de las cismas de mis caderas.

Curvatura que se viste de terciopelo y seda
al sentir tus cabellos seducirla
cuando en momento de lujuria desprendida
y al unísono de tus gritos en cacofonía
tu cabeza quisiera desprenderse
al sentirte llena
de nacar y de osadias.

La deliciosa curvatura de tu espalda,
lienzo de los mantras que mi lengua recita
con total y absoluta devoción,
es el papiro para mis pinceles,
es la partitura
donde escribo la musica
que detalla las victorias y derrotas
para ascender hasta las cumbres de tus pieles
enseñándome con sabia dedicación
a ser maestro en el arte
de explorarte y libar las mieles de tu intimidad
o hinchar de deseo
el boton de almendro secreto y con mis labios
hacerte derramar.

Esa forma de suaves notas
que me aloja
cuando mis sentidos se desbordan
sin mesura ni control,
que se divide en carnosas laderas
y que al estar libres de la prisión
de una diminuta tela
hacen erguir mi deseo
y acrecentan mi incontenible exitacion.

Cuantas veces te he dicho
que la curvatura de tu espalda
es el camino
por el cual me acerco a mi destino
a partir del dia de hoy.

IMANTHEUS...
(Andres Manriquez V.)
Todos los derechos reservados.

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