lunes, 30 de marzo de 2009

Vivir en México rumbo al bicentenario de la independencia

Vivir en México y ser mexicano, es un concepto realmente sorprendente y un paseo que raya entre lo tortuoso y lo tragicómico.

Este país es una convulsión constante, es por decirlo así, un parto que nunca acaba, es un ente que se niega a terminar de nacer y que se enfrenta con múltiples problemas para ver la verdadera luz de su naturaleza multicultural y la responsabilidad de estar enclavado en el lugar donde le toco.

Es por ubicación geográfica, un país sumamente rico en recursos, tanto humanos como naturales, y poseedor de un clima envidiable por la diversidad de ecosistemas.
Sin embargo, la riqueza por si misma no garantiza riqueza perpetua.

México esta próximo a la celebración (¿?) del bicentenario de su independencia, pero llega a tal circunstancia envuelto en una crisis regional de proporciones salvajes y barbáricas, causadas en parte por la situación global, pero que es innegable, es producto mayoritariamente de que sin saberlo, es un país cadáver, es una presa de rapiña que alimenta buitres que no conocen saciedad, es un país que da de mamar a engendros políticos, a dogmas religiosos que causan ignorancia y a entidades sociales holgazanas que bajo el pretexto de pluralidad, buscan también dar tarascadas a esta presa llamada México y ver cuanta carne alcanzan a desgarrar.

Es un reino sin rey, donde pequeños señores feudales se reparten la comarca y sacan provecho de sus siervos, exigiéndoles manutención por hacer…NADA

¿Que celebra este país y su sociedad a 200 años de quitarse de encima la tutela impuesta de un conquistador?

Si bien se libero de una servidumbre asfixiante, el proceso no termino de cuajar o mejor dicho, cayó en las manos menos indicadas..

Fue un intercambio, una nomenclatura que muto solamente en forma, por que en esencia es lo mismo.
Se sustituyo una corona por una presidencia, la realeza mas añeja por una democracia falsa y hueca.

¿Se tiene libertad? ¿Se han dejado de pagar tributos?

En cierta forma, si.

Tenemos libertad de expresión, aunque acotado, libertinaje para criticar y libertad para exigir, libertinaje para calumniar y libertad para alzar la voz, libertad de votar y ser votado, libertad de aprovecharse y libertad para ser jodido.

No se pagan tributos a una corona, pero se pagan impuestos absurdos como una tenencia, un impuesto sobre nomina o uso de suelo.

No se paga tributo a otro país (¿?) pero mantenemos con nuestro trabajo a una casta de políticos que no nos dan nada, mas que atole con el dedo, que se jactan de sus estupideces y de su ignorancia, que hace gala de su prepotencia y de su cinismo, que hace uso de justificaciones inverosímiles para conservar su puesto y explicar su descaro al robarnos en despoblado.
¿Tenemos libertad?
Si, pero que se ajusta a las exigencias de minorías privilegiadas y linajes protegidos, sean de la índole que sean.

Tenemos libertad de credo, pero estamos sumidos en un sistema de culto católico que hace ignorantes a las masas, que acapara, como monopolio empresarial (que eso es en realidad) el negocio de la fe, que explota los miedos, que somete voluntades y que confronta hasta la intolerancia.

¿Tenemos libertad?
Si…
¿Y sabemos aprovecharla? ¿Sabemos darle el uso que realmente necesitamos?

¿Libertad para opinar lo contrario?

Pero es una libertad que sirve de excusa para procrear parásitos que engatusan con la falsa promesa de una vida mejor.
Parásitos que pueden cerrar con total impunidad el centro de una ciudad o una autopista con la completa anuencia de los gobernantes.
Parásitos que usan para si mismos recursos para vendernos frases rimbombantes y eventos masivos donde lo único evidente es el acarreo descarado y vil.

Parásitos que a pesar de haber cometido delitos, siguen con la vara de poder en la mano para fustigarnos, para decirnos que lo hicieron, pero que ya paso.

Que si los chamaquearon, que si les robaron la elección, que si teníamos una ciudad de esperanza, que si los dólares no fueron a parar a las bolsas de un candidato, que se encargaba el changarro para no estresarse, que la solidaridad era la solución a todos nuestros problemas

Y lo peor de todo esto, es que a pesar de lo cíclico de tal espectáculo… Lo permitimos…

México tiene un gran defecto, o quizá, mejor dicho, la gente que lo conforma tiene un gran defecto…

México padece de olvido..

De un olvido intencional quizá, un olvido a conveniencia que nos permite conservar la cordura y esa falsa esperanza de que un día todo va a mejorar por si solo, o por la ridícula obra e intercesión de una imagen de barro o una pedazo de tela inerte a la que llaman “virgen”.

México a veces necesita olvidar, por que es sano, por que no puede vivirse atado de eventos pasados…

Pero olvida que un sacerdote fundo una orden religiosa, y bajo la vestimenta de siervo de “dios” abuso de jóvenes y niños cuanto quiso y sin culpa, y se siguen haciendo donativos enormes a su teología, se sigue llenando un templo gigantesco con miles de personas ignorantes que siguen confiando en que “diosito” o “la virgencita” les cuida desde arriba.
Y la elite eclesiástica, alejándose de lo que deberían procurar: humildad y humanismo.


México a veces necesita olvidar, por que es sano, por que no puede vivirse atado de eventos pasados.

Pero olvida que un gobernador protegió con todo el peso del estado, a un pederasta que se daba el lujo de llamarlo “papa”, que no le importo pisotear a quienes exigieron justicia, a quien dio a conocer mediante el uso de la prensa, los actos tan deleznables de los que era capaz para saciar su apetito.
No le importo intimidar, amenazar, secuestrar y después, decir tranquilamente… Ese de la llamada telefónica no soy yo…

México a veces necesita olvidar, por que es sano, por que no puede vivirse atado de eventos pasados.

Pero olvida que una vez pudo cambiar un régimen partidista unitario prácticamente, y dar la alternancia a otra opción, que a final de cuentas, lo defraudo, se burlo de el y con mas descaro, lo uso para enriquecer a parientes, traficar influencias, para convertir una presidencia en un circo entupido regenteado por una pareja demente y enferma de poder, que no estuvo a la altura de las circunstancias y que pensó que llegaba a la administración de un jugoso negocio que nunca se acabaría.

México olvida que aun existe el machismo, lo esconde y a veces lo solapa, impulsa un estado misógino y disparejo, donde la igualdad es solo una frase de campaña y una estrategia publicitaria para vender imagen, para captar votos y para tener el mayor rating en horario estelar.
Olvida que aun hay violencia intrafamiliar, por que este es el país donde en muchas ocasiones, no se quiere que pase algo.

Olvida por que necesita sobrevivir, por que habrá un día en que todo mejorara.
Olvida por conveniencia o por descuido, por que no quiere pensar, por que no le gusta leer, por que no le gusta cuestionar, por que es medianamente feliz viendo a Juan José Origel o a Patty Chapoy en la televisión, por que se conforma con las migajas de cultura cuando ve un documental de las pirámides de Teotihuacan o de Chichén Itzá, explicando como Serra utilizado para un concierto pseudo ecologista.

México olvida por que la gente a veces es conformista, por que se indigna un rato y después, el hambre que sienten sus hijos, el dinero para pagar la renta que no alcanza, la preocupación del hijo secuestrado carcome y la desilusión de nunca ver que realmente los tomen en cuenta, les gana.

México llega a 200 años de su independencia, sumido en un estado fallido.. Si, con todas sus palabras y pese a quien le pese..
México es propiedad de grupos de narcotraficantes, de empresarios poderosos, de políticos ambiciosos, es propiedad de la indolencia.

Estoy orgulloso de ser mexicano, y de tratar de aportar mi parte para que ese orgullo aun me llene la existencia, pero también me da asco ver en lo que lo están convirtiendo por la incapacidad de unos cuantos, por la ignorancia de muchos que aplastan las fuerzas y las ganas de unos pocos.

No festejo, por que no hay nada que festejar.
Recuerdo a los que se arriesgaron para un cambio, a los que dejaron todo por los demás, eso es lo que recuerdo con respeto aun.

No puedo festejar, pues salgo de mi casa y tengo temor por la incertidumbre de que no pueda regresar por que me asalten, por que me secuestren y pidan mi televisión y mi DVD de rescate pues no tengo las posibilidades para rentarme guardaespaldas, o por que un policía enloquezca y su prepotencia se haga mas presente que su obligación de servir.

Agradezco que aun tengo trabajo, aunque me parta el lomo sin recibir una paga decorosa y haga cosas distintas a lo que me prepare.

Agradezco que tengo una casa de interés social, que aunque chica por lo misero que me pagaban no alcanzaba para mas, protege y da cobijo a mi familia y a mi.

Agradezco que puedo escribir este comentario, y que aun no se restringe el uso de Internet para acallar las voces incomodas que no concuerdan con las cifras alegres de una administración patética.

Agradezco que aun estoy vivo, a pesar de que me han asaltado 4 veces y me han encañonado para quitarme el dinero que tanto me cuesta ganar.

Agradezco vivir en México por que no es un país en guerra ni sufre de hambrunas, a pesar de que ya es cotidiano ver tanquetas del ejercito y tropas por las calles mas inusitadas y a pesar de que en este país aun hay personas que en una gran ciudad como lo es la de México, se mueren de hambre ante su situación de pobreza extrema.

Soy agradecido de ser mexicano, por que serlo no es vestirse de charro o salir en los diarios del mundo entero por que es noticia mundial que los narcotraficantes sean los que dictan las reglas en muchas zonas, son los que cobran las rentas y son los que tienen en gran medida, la capacidad para quitar y poner alcaldes.

Soy agradecido por que soy consciente que no cualquier nación alcanza 200 años de una libertad que no es perfecta ni completa, pero que me brinda oportunidades, posiblemente escasas y paupérrimas, pero que existen.

Soy agradecido por que mas allá de estar en un país que tiene la tendencia de mitificar personajes y absurdos, es poseedor de un linaje histórico envidiable, y que aun éste, siendo despojado de las exageraciones, de los rumores y de las exaltaciones sin base mas que el mero jolgorio festivo, son personajes admirables, que se les reconoce sus errores, pero también se vanaglorian de sus aciertos y de sus agallas y de el coraje para tomar una decisión de brutales, pero esperanzadoras consecuencias.

Estoy orgulloso por que la gente sabe diferenciarse de la que tiene mala semilla y de la que tiene el valor del trabajo como medio de existencia, por que encuentro gente que te tiende la mano para ayudarte, aun arriesgándose a recibir un balazo como pago por su generosidad.

Soy agradecido por que puedo gritar lo descontento que estoy con algunas circunstancias, por que puedo expresar mi enojo y maldecir a los que nos exprimen, por que puedo señalar a los que nos despedazan y aun así, tener aun las suficientes fuerzas y ganas para gritar que estoy dispuesto a hacer mi parte para que este país no se hunda en la podredumbre en la que esta flotando justo ahora.

No puedo ni quiero festejar un bicentenario sumido en la desolación que parece posarse sobre los rostros de muchísimos mexicanos, de las madres que buscan darle de comer a una familia con apenas 50 pesos diarios, de las personas ancianas que son menospreciadas por que estúpidamente se les considera inútiles sin darse cuenta de que ellos fueron cimientos de lo que hoy podemos palpar.

No puedo ni quiero festejar un bicentenario porque al abrir los diarios o encender la televisión, el bombardeo de malas noticias, las denuncias y los reclamos, son maquillados con la patética vida amorosa de un actor mediocre cuya única preocupación es saber si su bronceado luce bien ante las cámaras.

Celebro el heroísmo, la determinación, el sacrificio y la valentía de que hicieron acopio unos cuantos para despertar la conciencia de muchos y despertar de su letargo a miles más.

Celebro el legado, las enseñanzas y las brechas que se abrieron a base de sangre y a base de ideologías, de triunfos y de amargas derrotas, de convicciones y de acciones.

Celebro, no al irme de borracho, no haciendo desfiguros mediocres en la calle y bailando como desquiciado a ritmo de música house o pop electrónico, escudándome en el “espíritu festivo y desmadroso” que caracteriza al mexicano.

Eso no nos caracteriza, eso no nos define.
Lo que nos da nuestra identidad es la calidez, es la amistad, es el esfuerzo, es esa manera de ayudarnos cuando la respuesta de los que ostentan el poder, se ve rebasada por las circunstancias.

Por que sabemos que donde comen cuatro, si es necesario, podrán comer hasta siete en el afán sincero de echarnos la mano.

Celebro por que México no es narcocultura, no es presidentes ignorantes ni políticos voraces.
Por que este país no son policías corruptos ni televisoras manipuladoras.

Celebro, por que México son 200 años de gente que no se rinde, que no pierde en sus ojos el brillo de la esperanza (por muy raquítica que pueda ser), por que es generaciones que aprenden y se enorgullecen de lo que son, por que el orgullo no proviene de quienes nos representan ante el mundo.

El orgullo de México y de sentirse mexicano, proviene de nuestras costumbres, de nuestros sueños y de nuestras realidades, de nuestro esfuerzo y de nuestro trabajo.

Es fruto del campesino que aun tiene fe en la tierra que trabaja, de los obreros que son la maquinaria más admirable y más vapuleada de este sistema de gobierno.
Es el resultado de quienes se levantan a las 5 de la mañana a salir a ganarse el pan para su familia, de aquellos que son la voz y el medio que sirven para que nos escuchen.

Y estoy orgulloso por que, parafraseando al poeta RICARDO LÓPEZ MÉNDEZ:

“México, creo en ti como en el vértice de un juramento,Tú hueles a tragedia tierra mía,y sin embargo ríes demasiado,acaso porque sabes que la risa,es la envoltura de un dolor callado.”

200 años… ¿Y que sigue?

Y aun así… México… Creo en ti…

IMANTHEUS
(AMV)

2 comentarios:

  1. Imantheus, querido

    Te leo y no tengo nada más que asentir con la cabeza y coincidir contigo. Desgraciadamente, el México en que vivimos está lleno de contrariedades: Libertad de expresión y libertinaje de prensa, libertad de circulación y libertinaje de impedimento de paso, libertad de trabajar y libertinaje de vivir del trabajo del otro, entre otros tantos bochornosos (y kafkianos) etcéteras.

    Vivimos en un México adicto a la información en internet (siempre y cuando ésta sea inútil e irrelevante)e ignorante de sus raíces y, quien no conoce su pasado, está condenado a repetirlo, así como el ciclo que cada 6 años pasamos, repetimos, nos dolemos y luego volvemos a empezar. Nos hace falta la memoria histórica, sacudirnos la indolencia, pero baste ver la polémica que levantó éste artículo no por su contenido sino por ser largo y publicado en viernes... ¿Qué podemos esperar de un pueblo que no puede leer un par de páginas porque el cerebro se le congestiona?

    En fin, mi querido cachorro, es un honor leerte y espero departir más contigo éste tipo de artículos. Un saludo y una patada de la buena suerte! ^^

    ResponderEliminar
  2. Imantheus

    Ya extrañaba tus crónicas de batalla, son interesantes y... well, you know ;) te dejo aquello que alguna vez te pregunté: Will the lycan defeat the nosferatu? Saludos cachorro y sigue como vas!!!

    ResponderEliminar